Cat Panties

Español debajo ;)

Today as I washed the last bits of soup out of our bowls, and laid them to dry, Fabian kissed and tickled and rubbed his scrunched nose into our mama cat Filomena’s red neck. Filomena wasn’t normally the color of cherry red nail polish, but yesterday we applied a flea cream onto all of our babies necks that stained them each this color. Like Easter eggs. His words to her were in muffled Spanish but along the lines of “Don’t give that pussy over to anyone on the street ok.” And “Please beautiful baby, cat, cutie pie, keep you night walking legs closed and don’t go fucking anyone.” We were scared she was pregnant again.

 Our morning ritual had become the running of the cats. As the sun rose each day at 5:36 am and my 3rd phone alarm went off, little scratches started on our door. Fabian would stretch his arm wide to reach  the handle from our position on the floor,  then he tugged it open, and like a strong wind, four little kittens burst it open and darted into the covers and up our legs, as we reflexively clutched our vulnerable naked parts. We went from two people who never wanted pets and potentially no kids, to me going off birth control, and the owner of five cats, all  in two months.

But five was enough. No more cats. He continued to kiss Filomena and then got definitive, “Seriously,” he looked back at me. “I’m seriously going to make her cat panties.”

Fabian is an MMA fighter; his biceps are covered in tattoos. He has a smile that lights up an entire room and could kill a man in his palms, and he was very serious about making cat panties.

I doubled over. Every step of this process was a meme. I pictured him first going through our clothes looking at which colorful t-shirt, or mold stained panties of mine we could part with for her pussy pouch. We did this before when deciding which clothes to sacrifice for making the cat babies’ bed when Filomena gave birth.

I pictured him then, all shirtless and hunky, (because we live shirtless in this open air, 86 degree house) legs crossed with needle and thread measuring carefully, then hand stitching, and then trying them on a reluctant Filomena as she grunted a “wtf” back at him. More kisses.

I pictured him placing the final cat panties on her in our bedroom out of my gaze so that when Filomena finally came prancing out, the final product would be a surprise. I would most definitely double over again. Our cat with her panties, ready for the night. No cat dick in those cotton undie masterpieces.

 Why would you not just get your cat fixed? An obvious question you might be considering about now. If life in 2020 was anywhere near obvious, she would be fixed by now. If 2020 was anywhere near easy, Filomena would not have given us four kittens in the first place, we would not have had to hand birth those kittens amidst boxes, and then hidden their tiny new placenta smelling bodies from drug traffickers as we hiked them out of the favela. We would not have fled to a neighboring town to avoid the threat of a global pandemic that made us miss our flight and forced us into staying in Brazil indefinitely.  In this neighboring farm town in 2019 there might have been more than one veterinarian to trust in neutering our cat, de-worming and vaccinating our kittens. But this was 2020. And we had a needle and thread. Both which we had used yesterday to perform at home surgery on my armpit cyst, so, why not today, use them to make cat panties.

When I stopped laughing long enough to look Fabian in the eyes seriously, he looked seriously back at me. If you find yourself about to marry a man that seeks the best welfare for each member of your family even in times of pandemic, stress, laughter, and tragedy; If you find yourself a man, willing to make cat panties so that there is not one more stray cat on the street, or mouth to feed, or a female cat body put in extreme unwanted duress; If you find that man, keep him. My inner voice said. And appreciate his dedication. To everything, especially to the making of cat panties.

Español~

Hoy, mientras lavaba los últimos trozos de sopa de nuestros cuencos y los dejaba secar, Fabian besó y le hizo cosquillas y frotó su nariz arrugada en el cuello rojo de nuestra mamá gata Filomena. Filomena normalmente no era del color del esmalte de uñas rojo cereza, pero ayer aplicamos una crema antipulgas en todos los cuellos de nuestros bebés que los tiñeron de este color. Como los huevos de pascua. Sus palabras para ella estaban en español amortiguado, pero en la línea de "No le des ese coño a nadie en la calle, está bien". Y "Por favor, hermoso bebé, gato, lindura, mantén tus piernas nocturnas cerradas y no te folles a nadie". Teníamos miedo de que estuviera embarazada otra vez.

Nuestro ritual matutino se había convertido en la carrera de los gatos. A medida que salía el sol todos los días a las 5:36 de la mañana y sonó la alarma de mi tercer teléfono, comenzaron a aparecer pequeños rasguños en nuestra puerta. Fabian estiraba el brazo para alcanzar el mango desde nuestra posición en el suelo, luego lo abría y, como un fuerte viento, cuatro pequeños gatitos lo abrieron y se lanzaron hacia las mantas y subieron por las piernas, mientras nos aferrábamos reflexivamente partes desnudas vulnerables. Pasamos de ser dos personas que nunca quisieron mascotas y potencialmente no tener hijos, a que dejé de usar un método anticonceptivo y seamos dueños de cinco gatos, todo en dos meses.

 
Pero cinco fue suficiente. No más gatos. Continuó besando a Filomena y luego se puso definitivo,

"En serio", me miró. "Realmente voy a hacerle las bragas de su gato". Fabian es un luchador de MMA; Sus bíceps están cubiertos de tatuajes. Tiene una sonrisa que ilumina toda una habitación y podría matar a un hombre en sus palmas, y se tomaba muy en serio la fabricación de bragas de gato.

 Me doblé. Cada paso de este proceso fue un meme. Lo imaginé primero revisando nuestra ropa mirando qué camiseta colorida, o bragas mías manchadas de moho de las que podríamos separarnos para su bolsa de coño. Hicimos esto antes cuando decidimos qué ropa sacrificar para hacer la cama del gato cuando Filomena dio a luz.

Entonces lo imaginé, todo sin camisa y fornido, (porque vivimos sin camisa en esta casa al aire libre, casa de 86 grados) con las piernas cruzadas con aguja e hilo midiendo cuidadosamente, luego cosiendo y luego probándolos en un reacio Filomena y ella gruñó un "wtf "De vuelta a él. Más besos.

Me lo imaginé colocando las últimas bragas de gato en ella en nuestra habitación fuera de mi mirada para que cuando Filomena finalmente saliera, el producto final sería una sorpresa. Definitivamente me duplicaría de nuevo. Nuestra gata con sus bragas, lista para la noche. No hay polla de gato en esas obras maestras de algodón

¿Por qué no solo castrar a tu gato? Una pregunta obvia que podría estar considerando ahora. Si la vida en 2020 fuera casi obvia, ya estaría castrado. Si 2020 fuera casi fácil, Filomena no nos habría dado cuatro gatitos en primer lugar, no habríamos tenido que darles a luz a esos gatitos en medio de cajas, y luego haber escondido sus pequeños cuerpos con olor a placenta de los narcotraficantes mientras los sacamos de la favela. No habríamos huido a una ciudad vecina para evitar la amenaza de una pandemia mundial que nos hizo perder nuestro vuelo y nos obligó a quedarnos en Brasil indefinidamente. En esta ciudad agrícola vecina en 2019, podría haber habido más de un veterinario en quien confiar para neutralizar a nuestro gato, desparasitar y vacunar a nuestros gatitos. Pero esto fue 2020. Y teníamos una aguja e hilo. Los dos que habíamos usado ayer para realizar una cirugía en el hogar en mi axila, entonces, ¿por qué no hoy? Úselos para hacer bragas de gato.

Cuando dejé de reír el tiempo suficiente para mirar a Fabian a los ojos con seriedad, me miró seriamente. Si se encuentra a punto de casarse con un hombre que busca el mejor bienestar para cada miembro de su familia, incluso en tiempos de pandemia, estrés, risas y tragedia; Si te encuentras un hombre, dispuesto a hacer bragas de gato para que no haya un gato callejero más en la calle, o boca para alimentar, o un cuerpo de gata puesto en extrema coacción indeseada; Si encuentras a ese hombre, quédatelo. Mi voz interior dijo. Y agradezco su dedicación. Para todo, especialmente para la fabricación de bragas de gato.